Saldo mínimo engañoso: cómo algunas cuentas lo usan para cobrar comisiones sin que lo notes

¿Te ha pasado que crees tener una “cuenta sin comisiones” y al cabo de un tiempo descubres que algo estás pagando? Pues sí, ocurre más de lo que parece. Hoy vamos a ver por qué ese saldo mínimo oculto puede convertirse en una trampa, cómo los bancos lo usan para cobrar comisiones y qué puedes hacer para evitarlo, sin que te sientas fuera de juego.
Imagina que abres una cuenta corriente porque la anuncian sin comisiones, pero resulta que exigen un saldo de 10.000 € o 20.000 € para que esa promesa sea real. Si tu saldo baja, o tus ingresos no alcanzan lo que piden, empiezas a pagar comisiones que ni siquiera esperabas. Ese “saldo mínimo” aparece como condición escondida y de repente eres tú el que paga por no cumplirla.

Cómo funciona ese saldo mínimo y por qué puede perjudicarte

Los bancos, aunque digan “sin comisiones”, muchas veces introducen una cláusula que dice algo como: “mantén un saldo medio mínimo de X euros o domicilia nómina de Y euros para que la cuenta sea gratuita”. Si no lo haces, la entidad se reserva el derecho a cobrarte una “cuota de mantenimiento” o recargo que bien podría llegar a varios euros al mes o incluso cientos al año. De hecho, la tendencia es alarmante: los costes de mantenimiento de cuentas básicas han subido un 6 % en un año, alcanzando una media de 160 € al año para ciertos perfiles que no cumplen los requisitos.
Ese saldo mínimo funciona así: tú crees que la cuenta no tiene condiciones, abres la cuenta, usas la tarjeta, domicilias algunos recibos… pero no alcanzas el “saldo medio” que te exigen. A los pocos meses llega la comisión y te pilla desprevenido. En realidad lo que han hecho es cambiar el modelo: ya no es solo que pagues mantenimiento porque usas la cuenta, sino que debes mantener esa barrera del saldo mínimo para que siga siendo “gratuita”. Si no, pagas. Y eso muchos usuarios no lo detectan hasta que ven la factura del banco.

Qué revisar tú para no terminar pagando sin saberlo

Para que no te pille de sorpresa lo mejor es que mires con lupa lo siguiente:

Primero, revisa la condición de saldo mínimo medio: ¿te exigen por ejemplo tener más de 10.000 € durante un periodo determinado?

Segundo, fíjate si hay otras condiciones “ocultas” como domiciliar tu nómina o hacer un número mínimo de operaciones mensuales para que no te cobren mantenimiento.

Tercero, mira cuánto es la comisión en caso de no cumplir esas condiciones: algunas cuentas bajan bien de precio solo si cumples todo, y otra… te meten una tarifa completa.
Quizás el truco de los bancos es este: anuncian “sin comisiones”, lo que atrae al cliente, luego introducen el saldo mínimo medio y las exigencias, que el cliente quizá no ve clarísimas.

Al final el resultado es que muchos pagan más de lo que esperaban. Si tú te mantienes alerta, puedes encontrar una cuenta que sea realmente sin comisiones y sin sorpresas.

Bajo esa óptica, no todas las cuentas que dicen “sin comisiones” lo son de verdad. Hay opciones que sí cumplen lo que prometen: no exige saldo mínimo, no exige nómina y no cobra mantenimiento. Pero también hay muchas que lo hacen condicional. Mi consejo es que no te fíes solo del titular “sin comisiones”; revisa el detalle, porque al fin y al cabo eres tú quien paga si no cumples las condiciones.

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