Cómo migrar tu cuenta corriente de un banco tradicional a un banco digital sin costes ocultos

Migrar tu cuenta corriente de un banco tradicional a uno digital es, hoy en día, más fácil que nunca. Y no solo por la tecnología, sino porque cada vez más gente busca ahorrar comisiones y ganar independencia de las oficinas físicas. Pero el cambio no debe hacerse a la ligera. Si no prestas atención, lo que parece un paso hacia la comodidad puede convertirse en un quebradero de cabeza con costes que no esperabas.

Lo que debes revisar antes del cambio

Antes de lanzarte, define por qué quieres hacer el cambio. Si lo que buscas son condiciones sin comisiones, operaciones 100 % online o simplemente un banco más ágil, asegúrate de que el nuevo cumple lo que promete. Hoy, las entidades digitales ofrecen servicios potentes, pero también esconden a veces pequeñas condiciones que conviene leer con calma: ingresos mínimos, uso obligatorio de tarjeta o requisitos para evitar costes.

Desde hace unos años, la ley española te permite trasladar tu cuenta a otro banco sin coste. Es decir, si las dos entidades están en España, puedes pedir que el nuevo banco gestione todo por ti: el traspaso del saldo, de los recibos y de la nómina. Lo hacen casi todo automáticamente, pero tú tienes que revisar los detalles.

Antes de cerrar la cuenta antigua, mira si tienes tarjetas activas, seguros o recibos pendientes. Si alguno sigue vinculado, pueden cobrarte comisiones por impago o dejarte un descubierto. Lo mejor es mantener ambas cuentas abiertas unos días hasta confirmar que todos los pagos ya se mueven con normalidad.

También conviene revisar si el nuevo banco ofrece el servicio de traslado de cuenta, que simplifica el proceso al máximo. En ese caso, solo tendrás que firmar una autorización y ellos se encargan del resto. Pero incluso con esa ayuda, revisa que la cuenta sea realmente gratuita y que no tenga condiciones ocultas que te sorprendan más adelante.

Cómo hacer la migración sin costes ocultos

Una vez que elijas tu nuevo banco digital, abre la cuenta y facilita el IBAN antiguo para iniciar el traslado. Decide si quieres mover todo el saldo, solo los recibos o también la nómina. A partir de ahí, el banco nuevo debe coordinarse con el anterior y completar el proceso en pocos días.

Durante ese tiempo deja algo de dinero en la cuenta vieja por si algún pago se carga antes del cambio. Así evitas devoluciones o comisiones innecesarias. En cuanto veas que tus ingresos y recibos llegan correctamente a la nueva cuenta, ya puedes cerrar la anterior. Eso sí, pide siempre un justificante del cierre y comprueba que no quedan productos vinculados.

Ten presente que migrar no debería costarte nada, pero si no cumples ciertos requisitos (como usar la tarjeta o ingresar una cantidad mínima), pueden aparecer comisiones después. Por eso, antes de firmar, pregunta todo lo que no entiendas y confirma por escrito las condiciones.

Si quieres hacerlo con seguridad:

  • Abre la nueva cuenta y comprueba que sea gratuita y sin requisitos ocultos.
  • Mantén ambas cuentas activas unos días para asegurar el traspaso.
  • Verifica que todos los pagos y cobros funcionan bien antes del cierre.
  • Cierra la cuenta antigua con justificante y revisa que no queden productos asociados.

En definitiva, cambiarte a un banco digital puede ahorrarte dinero y darte más libertad, pero solo si haces bien el proceso. No se trata de pulsar un botón, sino de revisar, preguntar y planificar. Con un poco de orden, tu dinero estará mejor gestionado y sin pagar de más.

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