Cuentas bancarias olvidadas ¿cuándo dejan de ser tuyas?

Cuando se habla de cuentas bancarias olvidadas o abandonadas, no estamos hablando de una especie de leyenda urbana financiera. Los datos de los importes anuales de estas cuentas que revierten en el estado no dejan lugar a dudas, son millones de euros cada año.

cuentas bancarias

Si tomamos los datos de los dos últimos ejercicios de los que tenemos referencia, vemos que el importe del dinero que revertió a las arcas del Estado desde cuentas olvidadas o abandonadas es el siguiente:

2019 12,5 millones de euros
2018 11,1 millones de euros
2017 11, 2.000.000 €

 

Son cantidades que se repiten en el tiempo, y que, como vemos, conforman importes verdaderamente notables. Mucho más de lo que probablemente pudiéramos llegar a pensar.

De dónde sale el dinero de las cuentas olvidadas

No hay un solo patrón que determine las cuentas de las que se acaba haciendo cargo del Estado. Sin embargo, hay tres grandes grupos:

  1. Cuentas olvidadas por los titulares
  2. Cuentas que se corresponden a herencias no reclamadas
  3. Cuentas no cerradas o no canceladas

Es importante en este punto tener en cuenta que, para hacienda, cuando una cuenta se ha mantenido activa por un periodo de 20 años, se considera abandonada. En ese momento, es cuando, a título legal, hacienda puede reclamar el dinero ya que esta pasa a ser propiedad del Estado.

No se trata de una operación automática, ya que se debe seguir un protocolo en el cual, con una antelación mínima de tres meses sobre la operación de traspaso y liquidación de la cuenta, hacienda avisa al titular a través de correo certificado.

Sin embargo, hay que matizar algunas cuestiones importantes. En general el aviso se realiza sobre el domicilio y titular que figuren en la cuenta. Esto, en muchos casos se topa con titulares que han cambiado de domicilio, o, que han fallecido. Con lo cual, la comunicación con los propios titulares o sus herederos, no siempre llega a buen puerto.

Si no se da respuesta a la notificación, se realiza una publicación en el boletín oficial del Estado en la cual se concede un plazo de reclamación del saldo de la cuenta. Puede ser una reclamación del propio titular o de los herederos, pero en todo caso siempre debe acreditarse.

Por otro lado, en el caso de cuentas con saldos cero, ni siquiera se procede a la comunicación y estas son liquidadas de manera automática.

La importancia de cerrar bien las cuentas bancarias

Una de las lecciones que podemos aprender de esta situación es la importancia de cerrar de manera correcta las cuentas bancarias. En un mercado saturado de oferta, donde ya es bastante habitual cambiar de cuenta, se tiende a olvidar que la cancelación no consiste simplemente en eliminar el saldo y dejar de utilizar la cuenta.

De hecho, esa cuenta olvidada puede acabar convirtiéndose en un problema si la entidad comienza a cobrar comisiones de mantenimiento. Independientemente de que la cuenta no se utilice, si la entidad cobra comisión de mantenimiento lo puede seguir haciendo.

Es cierto, que, en este caso, la legalidad estará de parte del usuario, ya que, si se aplican comisiones por descubierto llevando a números rojos por una comisión mal aplicada, es posible realizar la reclamación ya que se considerará que se ha hecho una mala práctica bancaria.

Sin embargo, esto conllevará un proceso de reclamación, con la consiguiente pérdida de tiempo y energía para el usuario.

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