Devolver recibos: cuándo sí y cuándo no

La opción de devolución de recibos domiciliados está disponible para los usuarios en la mayoría de cuentas en las que es posible la domiciliación. Es una herramienta útil, pero conviene tener claro cómo se utiliza y en qué situaciones es adecuada.

cuentas bancarias

Para empezar, debemos tener en cuenta que es posible la anulación de un recibo domiciliado tanto en las propias sucursales como a través de Internet. Pero, las mecánicas son un tanto diferentes.

Cómo anular un recibo domiciliado

Cuando se acude a la entidad financiera para devolver un recibo domiciliado, simplemente se debe proceder a identificarse como cliente y, a través de un gestor de la entidad, realizar la devolución. Es un proceso rápido e inmediato que acreditará en cuenta el saldo que la domiciliación había retenido.

En el caso de la anulación por Internet el proceso es muy similar. Se debe entrar a la banca electrónica o aplicación móvil donde se opera y en el apartado de gestión de cuentas seleccionar la opción de devolución de recibos y proceder a dicha devolución. En este caso nos pedirán los factores de seguridad habituales que se solicitan al operar en cuenta, dependiendo del banco serán unos u otros.

Es importante tener en cuenta que las devoluciones tienen un plazo límite a partir del cual ya no se podrán realizar, el plazo límite se puede establecer alrededor de los 60 días, aunque, puede depender de cada entidad para su aplicación.

Cuando se realiza la devolución, de manera automática se acredita el dinero en la cuenta del usuario, independientemente de si el cargo se había realizado en días anteriores o no.

¿Cuándo conviene una devolución de recibo y cuándo no?

En general una devolución de un recibo domiciliado sólo será conveniente cuando no estamos conformes con el recibo o cuando se trata de un recibo mal cobrado.

En el primero de los casos, cuando vamos a realizar la devolución, lo ideal es contactar con el proveedor para avisar de dicha devolución. Hay que tener en cuenta que esto va a generar unos gastos futuros en el caso de una nueva emisión del cargo, por lo que es bueno hablar con el emisor para exponer los motivos por los que no se acepta el recibo.

En el segundo de los casos, por ejemplo, si nos cobran un recibo que no nos corresponde o por un servicio que no recibimos, la devolución no tiene por qué realizarse comunicando nada al emisor, aunque pueda ser recomendable sobre todo para que no vuelvan a repetirse pagos no autorizados.

En general, lo que no es recomendable es realizar devoluciones para obtener liquidez sobre la cuenta. Cuando se realiza una devolución sobre un servicio que se está recibiendo de manera continua, aunque podamos obtener liquidez inmediata en la cuenta, el recibo se volverá a girar, y, en el peor de los casos, nos va suponer un aumento de costes y también puede suponernos el corte del suministro.

En definitiva, la devolución de un recibo domiciliado es una herramienta útil, siempre que se utilice para recibos no deseados o recibos con los que no se está conforme

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