Durante los últimos décadas se ha estandarizado el modelo de cobro de los salarios a partir de la domiciliación bancaria, por la parte empresarial este modelo de pago agilizará los trámites además de poder reportar beneficios con la entidad financiera en algunos casos, por la parte del usuario, a partir de la utilización de cuentas nómina o productos similares, también se obtienen beneficios o bonificaciones gracias a la vinculación. Sin embargo, la opción del cobro en metálico, muy arraigada antaño nuestro país, se sigue considerando aunque se desconocen realmente los detalles básicos para poderla poner en práctica.
Realmente, en un momento en el que parece que no podemos vivir sin cuentas bancarias, el cobro en metálico de las nóminas puede llegar a parecer un anacronismo, aún así existen personas, e incluso empresas, que por diversos motivos siguen considerando este modelo de pago y renunciando de esta manera al uso de las transferencias y domiciliaciónes.
¿Es viable el cobro en metálico de las nóminas?
Sí, la ley contempla la posibilidad de percibir nuestros salarios en mano, bien a través de cheques o incluso en metálico. Sin embargo, esta opción presenta algunos matices muy importantes fundamentalmente a partir de la entrada en vigor de la ley siete/2012.
La limitación de los pagos en efectivo hasta un máximo de 2500 euros también afecta al pago de los salarios. Esto significaría que el pago de una nómina por encima de los 2.500 euros en metálico no sería una acción legal. Desde el punto de vista de la empresa debemos tener en cuenta que cada pago de nómina se considera a todos los efectos una operación diferente, esto significaría que las limitaciones sólo se aplicarían a título personal por cada pago de nómina, es decir, si los pagos de todas las nóminas coinciden con salarios inferiores a la cantidad legal máxima el pago en metálico sería viable y legal.
Obviamente estamos ante un modelo que no sólo cuestiona las ventajas de las cuentas bancarias, sino que, desde el punto de vista práctico, puede acarrear tantos problemas como posibles virtudes se le encuentre. Desde luego, aquí también encontramos lugar para las actividades ilegales como por ejemplo el pago de cantidades por encima de lo estipulado en las nóminas, o similares, acciones que evidentemente quedan fuera del marco legal.
¿Merece la pena el cobro en metálico de las nóminas?
Desde un punto de vista práctico, desde la utilidad y agilidad de las operaciones, el cobro en metálico, si va acompañado de la negación al uso de las cuentas corrientes, puede resultar poco práctico, tengamos en cuenta que hoy en día la domiciliación bancaria es necesaria por ejemplo para la contratación de diversos servicios comunes, en los que, el pago en metálico resulta difícil cuando no directamente imposible, por tanto, se trata más en todo caso de una opción distinta tomada por elección personal generalmente, sin olvida qué, efectivamente aún existen negocios y empresas que por tradición mantienen al menos parte de los pagos en metálico cuando no el conjunto de los salarios.
En definitiva, es una opción válida, sujeta a limitaciones, y que depende de los acuerdos entre trabajadores y empresarios para poder llevarse a cabo, quedando como decimos siempre sujeta a esos límites de pago establecidos por la ley.
Cobrar en metálico, aunque más incómodo a priori, sería el comienzo de la supremacía y monopolio de la banca, causante de todos los males del Capitalismo que, por ende, sumados los desorbitados impuestos guvernamentales, ahogan la vida del ciudadano y su propia progresión económica.
quería decir «el comienzo de la eliminación de la supremacía y monopolio de la banca».