Tipos de cuentas bancarias según su uso

Normalmente, el hecho de abrir una cuenta por primera vez suele ser para todos la primera toma de contacto con el mundo de las finanzas. Antes de abrir una, conviene informarse acerca de los diferentes tipos de cuentas que hay, para saber exactamente cuál es la que mejor se adapta a nuestras necesidades. 

CUENTAS

Para comenzar, debemos tener claro de qué se tratan exactamente las  cuentas bancarias, y el tipo de usos que podemos darle. Una cuenta bancaria es un depósito de dinero, que por norma general podemos utilizar de manera indefinida y cancelar en el momento en que lo necesitemos, si llegase a ser el caso.

Por medio de nuestra cuenta bancaria, vamos a poder gestionar nuestras operaciones financieras, como por ejemplo, podemos domiciliar nuestros recibos para que se paguen de manera automática cada mes, podemos ingresar o retirar nuestro dinero en efectivo, así como también realizar transferencias a otras cuentas, etc.

Cuentas según titulares

Además, es importante saber que una misma cuenta bancaria puede tener dos titulares. En caso de que seas menor de edad y quieras abrir una cuenta bancaria, tu madre, padre o tutor legal será la otra persona titular de la cuenta, además de ti. No obstante, existen otras muchas razones por las que compartir la titularidad con otra persona.

Hay diversas maneras de compartir la titularidad. Puede ser de manera mancomunada o conjunta, que consiste en que ambos titulares son necesarios para realizar las operaciones bancarias. O también puede ser solidaria o indistinta, de forma que los titulares operen libremente cada uno. Al ser titular de una cuenta bancaria, podemos nombrar a personas autorizadas para que accedan a ella, si fuera conveniente.

Tipos de cuentas bancarias

En cuanto a las cuentas bancarias, encontramos principalmente de dos tipos: cuentas corrientes y cuentas de ahorro. Ambas, aunque diferentes, comparten una serie de características que conviene conocer.

Disponen de liquidez total, por lo que tanto a través de una como de la otra, puedes ingresar y retirar dinero en el momento en que te plazca. No obstante, si deseas retirar una cantidad de dinero elevada, lo más conveniente es avisar a la entidad de ello antes de hacerlo.

Tanto las cuentas corrientes como las de ahorro, son realmente sencillas de abrir. Para ello, debemos acudir a la entidad bancaria deseada con nuestro DNI, NIF o tarjeta de residente. Por su parte, la entidad suele exigir al cliente otro tipo de datos para obtener más información sobre él, como por ejemplo una nómina para los usuarios asalariados.

En ambos tipos de cuenta, la remuneración resulta ser escasa o nula, ya que al tratarse de un producto operativo, apenas genera intereses. También en ambas podremos solicitar tarjetas de crédito o débito, a través de las cuales podremos domiciliar la nómina y cualquier tipo de recibo que deseemos. Por medio de nuestra tarjeta, podremos consultar el saldo disponible en la cuenta, así como retirar dinero de los cajeros o incluso llevar a cabo transferencias.

Por último, debemos saber que en ambas cuentas van a cobrarnos algún tipo de comisión por administración y mantenimiento. Dependiendo de la entidad bancaria con la que contratemos, también nos cobrarán ciertos intereses por sacar dinero a través de otros cajeros que no correspondan con la entidad.

 

 

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